Socialistas Sin Fronteras condena inequívocamente los imprudentes e imperialistas ataques aéreos de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Irán en Fordo, Natanz e Isfahán el 21 de junio de 2025. Estos ataques, ejecutados con bombarderos B-2 y bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, fueron coordinados con la agresión en curso de Israel. Ordenados por el presidente Trump, estos ataques marcan una peligrosa escalada en el Medio Oriente. La agresión militar de Estados Unidos tomó por sorpresa incluso a las potencias imperialistas europeas y le señala al mundo que la administración Trump está dispuesta a cambiar de táctica en cualquier momento, lanzando confrontaciones militares directas contra cualquiera que se resista a sus demandas arbitrarias, ya sea a nivel internacional o doméstico, como se vio en el despliegue reciente de Marines por parte de Trump en suelo estadounidense.
En mayo, Trump supuestamente había disuadido a Israel de atacar los sitios nucleares de Irán, alegando interés en negociaciones diplomáticas directas. Sin embargo, alrededor del 13 de junio de 2025, Israel lanzó ataques contra objetivos iraníes a pesar de carecer de la capacidad para destruir la infraestructura nuclear de Irán por sí solo. No está claro si estos ataques tenían la intención de sabotear las próximas negociaciones entre Estados Unidos e Irán o de proporcionar a Trump un pretexto para abandonar las conversaciones por completo. Trump pudo haber aprobado privadamente las acciones de Israel en preparación para su propia escalada, lo que explicaría su abrupta partida de la Cumbre del G-7 en Canadá. Cuando se le preguntó, Trump negó cualquier urgencia de buscar un alto al fuego. Su actitud pública no sugería urgencia diplomática alguna, sin embargo, su acción militar siguió inmediatamente después de reuniones entre funcionarios iraníes y diplomáticos europeos que estaban preparando negociaciones abiertas. Estos acontecimientos contradicen las promesas de campaña de Trump de evitar nuevas guerras en el Medio Oriente.
Durante años, Irán ha afirmado su derecho a desarrollar energía nuclear con fines civiles y fue signatario del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) de 2015, un acuerdo de no proliferación con Estados Unidos y otras potencias. Trump se retiró unilateralmente del JCPOA en 2018 durante su primer mandato, citando su supuesta insuficiencia sin hacer un esfuerzo serio por renegociar. En este momento, Trump podría estar posicionando a Israel para llevar a cabo una acción militar continuada como fuerza proxy.
El Partido Demócrata, por su parte, está en desorden. Su ala supuestamente progresista, incluyendo a AOC y otros, ha expresado su oposición a la actual implicación de Estados Unidos. Sin embargo, su credibilidad está profundamente comprometida por su relaryu6tivo silencio durante el apoyo descarado de la administración Biden al genocidio en curso contra los palestinos en Gaza y Cisjordania.
Los ataques de Estados Unidos a Irán son solo un punto de conflicto dentro de una red cada vez más inestable de conflictos interimperialistas. Otro frente importante sigue siendo la guerra en Ucrania, donde Estados Unidos y las potencias europeas han escalado su participación al autorizar a Ucrania a usar armas suministradas por Occidente para atacar más profundamente en territorio ruso. Estas guerras sirven como campos de prueba para las últimas tecnologías de armas, incluido el uso creciente de inteligencia artificial en el campo de batalla. La demanda de Trump a Irán de “hacer las paces” o enfrentar la “tragedia” amenaza con una mayor violencia imperialista.
Las potencias imperialistas están más comprometidas con la repetición de los devastadores conflictos geopolíticos del pasado que con dar respuesta a las crecientes amenazas existenciales planteadas por el colapso climático. El mundo se enfrenta a una catástrofe ecológica sin precedentes, que incluye extinciones masivas, interrupciones en la producción y las cadenas de suministro de alimentos a nivel mundial, y la creciente inhabitabilidad de regiones enteras, particularmente en el Sur Global.
Socialistas Sin Fronteras no se hace ilusiones de que la clase capitalista internacional resolverá ninguna de estas crisis urgentes. Solo el poder organizado de la clase trabajadora global puede detener esta marcha acelerada hacia la catástrofe ecológica y humana.
Socialistas Sin Fronteras hace un llamado a los trabajadores, comunidades y activistas de todo el mundo para que se opongan a la agresión militar y construyan un movimiento internacional revolucionario en solidaridad con los pueblos oprimidos de todo el mundo.
La guerra desvía recursos de desafíos globales urgentes como el cambio climático, que amenazan los ecosistemas y la supervivencia humana. Instamos a la comunidad internacional a rechazar la guerra, priorizar la solidaridad y trabajar por un futuro sostenible y justo.
Huelga General para Parar la Guerra en Irán, la Ayuda Militar a Israel y las Deportaciones