Programa de Socialistas Sin Fronteras

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Socialistas Sin Fronteras es una organización revolucionaria internacional en lucha por la destrucción del capitalismo, y la construcción de una sociedad socialista, libre de explotación y opresión. El capitalismo-imperialismo es el sistema social en el cual los dueños de las grandes empresas, las tierras y la mayoría de las riquezas del planeta ejercen el poder para seguir viviendo en la opulencia, y manteniendo a los trabajadores bajo su yugo, en condiciones cada vez más deterioradas, y destruyendo la naturalez a tal grado, que hoy en dia la viabilidad de la vida en el planeta está al filo del precipicio. Solo una organización revolucionaria internacional de masas podrá lograr esta tarea y nosotros estamos comprometidos con la construcción de esa organización. 

Socialistas Sin Fronteras afirma que la principal amenaza para la humanidad en estos momentos es la crisis climática, y que esta crisis es causada por la explotación y destrucción de la naturaleza por parte del capitalismo-imperialismo. La trayectoria de la crisis es clara: la Tierra se está volviendo inhabitable. Los revolucionarios de todo el mundo deben movilizar a los trabajadores y a los oprimidos contra la destrucción del planeta y hacia un sistema social basado en el poder de los trabajadores. Nuestra tarea es organizar y movilizar a aquellos más afectados por los estragos de la destrucción ambiental en su lucha por la supervivencia. 

Socialistas Sin Fronteras retoma la experiencia histórica del marxismo revolucionario como propia, concretada en las lecciones de la Comuna de París y aclarada por la Tercera Internacional. Creemos que el punto más alto en la lucha socialista de los explotados y oprimidos en todo el mundo fue la Revolución Rusa de 1917, bajo el liderazgo político de Lenin y Trotsky. Repudiamos el estalinismo y su legado, que sigue empañando el movimiento marxista revolucionario hasta el día de hoy y adherimos a las tesis de la Tercera Internacional que nos dicen que cualquier lucha por el poder personal es incompatible con la pertenencia a una organización revolucionaria. 

Socialistas Sin Fronteras está construyendo una organización revolucionaria internacional. El programa político de esta organización sólo puede desarrollarse mediante la contribución de revolucionarios de todo el mundo, aportando sus experiencias políticas, teóricas y prácticas para lograr una comprensión objetiva de nuestra realidad y nuestras tareas. El capitalismo-imperialismo sólo pueden ser derrotados por una organización revolucionaria internacional; nuestra teoría debe desarrollarse sobre esta base. Este documento es nuestro punto de partida. 

Socialistas Sin Fronteras cree que una organización revolucionaria debe adherirse absolutamente a los más altos estándares éticos de respeto entre sus miembros, en sus interacciones con los trabajadores y los oprimidos, y en sus relaciones con otras organizaciones revolucionarias. Dicha organización debe tener una estructura verdaderamente democrática, en la que todos sus miembros sean agentes efectivos en todos los aspectos de la vida del partido, desde su orientación política estratégica, hasta sus tareas organizativas. 

Socialistas Sin Fronteras busca acuerdos políticos y programáticos, tanto tácticos como estratégicos, con otras organizaciones que compartan nuestro programa y metodología. Participamos en las luchas de los trabajadores y los oprimidos en todos los ámbitos de la lucha de clases, incluyendo el uso de plataformas electorales. Presentamos este documento para desarrollar acuerdos políticos y programáticos con otras personas y organizaciones comprometidas con la lucha por la liberación de los trabajadores y los oprimidos en todo el mundo. 

Socialistas Sin Fronteras pone todos sus recursos al servicio de las luchas de los trabajadores y los oprimidos. Nos comprometemos a mantener relaciones de respeto y solidaridad con organizaciones dedicadas a estas mismas tareas, para luchar codo con codo para acabar con el capitalismo-imperialismo y construir un mundo socialista.

NUESTRO PROGRAMA

I. Por la construcción de un movimiento revolucionario mundial para contener y revertir la destrucción ambiental causada por el capitalismo-imperialismo.

II. Contra la intervención militar de EE. UU. y otros países imperialistas en cualquier parte del mundo. Por el desarme de todos estos países y el desmantelamiento de la industria armamentista. 

III. Por una sociedad que garantice el derecho a una alimentación saludable, vivienda, atención médica, educación y libertad de expresión para todos, bajo un gobierno de trabajadores y oprimidos. 

IV. Contra toda forma de opresión y sus manifestaciones violentas, incluídas la misoginia, el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia, el abuso infantil, el maltrato a los ancianos, el abuso de personas con discapacidades, el abuso de inmigrantes y el abuso basado en la identificación religiosa o cultural. 

V. Por la autoorganización, autodeterminación y autodefensa de los trabajadores y todos los grupos y pueblos oprimidos. 

VI. Por el principio de la democracia de los trabajadores en las luchas de liberación de los trabajadores, los oprimidos, las masas desposeídas y en las organizaciones revolucionarias. 

VII. Por el fin de la injerencia de la religión y las iglesias en la vida pública, en la atención médica y en la educación. 

VIII. Por la independencia política de la clase trabajadora. 

IX. Por la abolición de la policía y todos los aparatos represivos del Estado incluyendo ICE.

X. Por una sociedad socialista, equitativa y ecológicamente sustentable.

I

Por la construcción de un movimiento revolucionario mundial para contener y revertir la destrucción ambiental causada por el capitalismo-imperialismo. 

Una crisis climática causada por el capitalismo-imperialismo amenaza toda la vida en la Tierra. El tiempo se agota, y aún con acciones drásticas, es inminente que vastas regiones del planeta se vuelvan inhabitables. Debemos luchar por la adopción urgente del socialismo a nivel internacional para mitigar los daños irreversibles y proteger a todos los seres vivos. 

La crisis climática es el resultado directo de la economía capitalista, que depende centralmente de combustibles fósiles baratos. A pesar de décadas de conferencias climáticas, gestos burocráticos y emprendimientos “verdes”, la burguesía imperialista está acelerando los esfuerzos de exploración y extracción de combustibles fósiles en todo el mundo, desde el Atlántico Sur hasta Alaska. Esto demuestra que los capitalistas no pueden jugar ningún papel en la solución de la crisis climática; los capitalistas seguirán priorizando su dominación económica sobre la humanidad y la biosfera. 

Socialistas Sin Fronteras lucha por la descarbonización total de la actividad económica, desde la extracción inicial de materias primas hasta la fabricación de bienes de consumo, su distribución y transporte. 

Nos oponemos a la energía nuclear como alternativa energética porque no es segura, ni económica, ni limpia. Esta industria es incapaz de evitar accidentes y no se puede controlar su peligrosa contaminación. Después de décadas de estudio, aún no existen planes viables para una disposición permanente de los desechos radiactivos. En casos como el desastre de Fukushima, los desechos terminan siendo arrojados al mar o almacenados en condiciones precarias, lo que conduce a una mayor contaminación ambiental. 

También nos oponemos a todos los megaproyectos extractivos y exigimos la cancelación de las licencias existentes de explotación de combustibles fósiles. El esquema de contaminación neta cero y otros similares son tácticas fraudulentas y engañosas, que pretenden hacer creer que es posible salvar el medio ambiente mientras se lo destruye. Estos esquemas son utilizados por los capitalistas para mantener e incrementar la extracción de combustibles fósiles y justificar otros megaproyectos destructivos. 

Inevitablemente, son los trabajadores y los pueblos oprimidos los que enfrentan la mayor amenaza de la crisis climática. La actividad económica mundial debe revolucionarse para garantizar la existencia y reproducción material de la vida en el planeta y abordar las múltiples crisis derivadas del cambio climático.

II

 Contra la intervención militar de EE. UU. y otros países imperialistas en cualquier parte del mundo. Por el desarme de todos estos países y el desmantelamiento de la industria armamentista. 

Socialistas Sin Fronteras se opone a todas las guerras y a las industrias que las sostienen. La clase dominante utiliza la violencia para explotar a todo el mundo. Nos oponemos a todas las alianzas militares que dividen el mundo en beneficio de un puñado de países imperialistas. 

El deterioro de las condiciones materiales básicas para la mayoría de la humanidad bajo el capitalismo inevitablemente crea condiciones para grandes conmociones sociales y caos económico, que la clase dominante somete a una violencia cada vez mayor. 

Nos pronunciamos por el desarme de Estados Unidos, Rusia, China y cualquier otro país imperialista o nación con armas nucleares. Luchamos por la disolución y abolición de las alianzas militares y el cierre y desmantelamiento de toda la industria armamentista, especialmente de las armas nucleares y las armas de destrucción masiva. 

Todos los recursos existentes deben ponerse al servicio de la organización de los trabajadores y las brigadas de servicio civil socialista para ayudar en la adaptación a los cambios impuestos por las catástrofes climáticas, incluyendo la reubicación geográfica. 

Hacemos un llamado a todos los miembros de los ejércitos existentes para que se rebelen contra sus superiores y se nieguen a participar en combates con otras naciones o a reprimir a la población civil en sus propios países.

III

Por una sociedad que garantice el derecho a una alimentación saludable, vivienda, atención médica, educación y libertad de expresión para todos, bajo un gobierno de trabajadores y oprimidos. 

Una sociedad verdaderamente humana, justa e igualitaria se basará en el principio de que la producción es social y que los medios de producción deben ser de propiedad común. Cada persona debería poder contribuir según sus capacidades y recibir incondicionalmente todo lo necesario para vivir una vida plena y digna. Todos los bienes materiales actuales y los tesoros culturales son el patrimonio colectivo de la humanidad, y su administración debe ser dirigida y coordinada por las organizaciones democráticas de los trabajadores y los oprimidos. 

Exigimos un ingreso mínimo universal para todas las personas, independientemente de su edad o situación laboral, y para aquellos que puedan y quieran trabajar, empleo pleno en trabajos socialmente beneficiosos y ecológicamente responsables. Los trabajadores domésticos y los estudiantes deberán ser considerados como trabajadores y recibir salarios; los padres que trabajen y estudien contarán con servicios de cuidado infantil gratuitos y de alta calidad. 

Todas las personas deben tener acceso a una vivienda digna y segura, la cual será mantenida por los municipios. Los servicios públicos deben ser gratuitos, controlados por los trabajadores y optimizados para un uso ecológicamente responsable. 

Exigimos acceso universal e igualitario a los servicios de salud, garantizado mediante la capacitación y el empleo de los trabajadores necesarios y la construcción de hospitales, centros de salud y cualquier otra infraestructura requerida. Las necesidades para una vida saludable deben estar disponibles gratuitamente para todos, incluyendo alimentos nutritivos y de alta calidad. Exigimos que la producción y distribución de alimentos esté controlada por los trabajadores, y que todos los que participen en dichas actividades reciban un pago justo. 

La división entre las necesidades “básicas” y la vida cultural es un artificio de la división capitalista del trabajo. Exigimos acceso gratuito a la educación en todos los niveles, así como la construcción de museos, centros deportivos, centros culturales, centros recreativos, parques y otros espacios para la vida social e intelectual. Los artistas recibirán salarios como trabajadores, y la producción creativa será fomentada y apoyada en las escuelas y los lugares de trabajo. El derecho de todos a ser educados y a dedicarse al trabajo intelectual y creativo va de la mano con el derecho a la libertad de expresión: exigimos que este derecho sea universal e inalienable.

IV

Contra todas las formas de opresión y sus manifestaciones violentas, incluídas la misoginia, el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia, el abuso infantil, el maltrato a los ancianos, el abuso de personas con discapacidades, el abuso de inmigrantes y el abuso basado en la identificación religiosa o cultural. 

Nos oponemos a todas las formas de opresión. Esto incluye la opresión contra las mujeres, las minorías raciales y religiosas, las minorías sexuales, los jóvenes y niños, las personas con diferentes capacidades y otras minorías. Los sistemas opresivos de la clase dominante son reproducidos por y dentro de las instituciones que ella domina. Exigimos el rediseño del sistema educativo para que incluya explícitamente un currículo integral anticapitalista, antipatriarcal y antirracista. 

Estados Unidos nace como un asentamiento de colonos europeos en tierras robadas a los nativos americanos y fue construido con el trabajo esclavo de personas secuestradas del occidente de África. El racismo contra las personas no blancas ha estado y continúa presente en casi todos los aspectos de la vida en los Estados Unidos. Exigimos el fin de la violencia y la discriminación por motivos raciales, especialmente contra los afroamericanos, y exgimos reparaciones por la esclavitud. 

Exigimos plenos derechos reproductivos para las mujeres y todas las personas con capacidad reproductiva, acceso irrestricto al aborto, el fin de la esterilización forzada y acceso pleno a tratamientos de fertilidad para quienes los elijan. 

Si bien los ataques a los derechos reproductivos son uno de los principales objetivos de la dominación capitalista-imperialista, todas las demás formas de opresión de género deben ser abolidas. Exigimos el derecho incondicional a la reasignación de género, independientemente de la edad, y el apoyo psicológico y médico necesario para quienes lo elijan. Como estructura social, la familia patriarcal es la fuente principal de opresión de género y debe ser abolida.

A medida que la catástrofe climática y la inequidad geográfica continúan impulsando la migración masiva, los inmigrantes han sido cada vez más atacados por la clase dominante y sus agentes. Exigimos plenos derechos para todos los inmigrantes, incluyendo residencia permanente y ciudadanía para todos aquellos que lo soliciten, derecho al voto, derecho al trabajo, a la salud, a la educación en todos los niveles, al arte, e igualdad de acceso a los servicios sociales existentes.

V

Por la autoorganización, autodeterminación y autodefensa de los trabajadores y todos los grupos y pueblos oprimidos. 

No creemos que debamos esperar hasta la conquista del socialismo para exigir el fin de la desigualdad y la opresión: lo exigimos ahora. Al mismo tiempo, tampoco creemos que la opresión desaparecerá automáticamente con el triunfo del socialismo. 

Nos esforzamos por establecer la solidaridad y la cooperación entre todos los trabajadores del mundo como una condición absoluta para la liberación de todos los pueblos. Estamos a favor del fin de las fronteras, y consideramos que la inmigración es un derecho humano fundamental. Este derecho se volverá aún más importante a medida que los capitalistas-imperialistas utilicen cada vez más la crisis climática como justificación para construir naciones-fortaleza. Creemos que ninguna fortaleza podrá contener las migraciones causadas por la crisis climática, y que la humanidad enfrenta el peligro de una era de guerras civiles violentas y genocidios. Nos oponemos a la militarización de las fronteras. 

Exigimos reparaciones por la esclavitud y por el genocidio contra todos los pueblos originarios en América del Norte y las comunidades indígenas de todo el mundo, así como la devolución de todas las tierras robadas al cuidado de los pueblos de quienes fueron despojadas. Apoyamos el derecho de todos los pueblos a vivir en paz en sus tierras ancestrales, el derecho a la autodeterminación y autodefensa de todos los pueblos dondequiera que estén, incluyendo su derecho a la separación territorial y el derecho a adoptar democráticamente cualquier forma independiente de gobierno que deseen.

VI

Por el principio de la democracia obrera en las luchas de liberación de los trabajadores, los oprimidos, las masas desposeídas y las organizaciones revolucionarias. 

Hacemos un llamado a un movimiento combativo de los trabajadores para que asuma el liderazgo en la lucha contra la destrucción ambiental y la crisis climática. 

Para desarrollar este movimiento, llamamos a la sindicalización en todos los lugares de trabajo como una herramienta para ganar condiciones laborales y salariales dignas, sin olvidar nunca que cualquier logro obtenido puede ser arrebatado a la primera oportunidad por los capitalistas. Exigimos que todos los trabajadores sindicalizados apoyen las demandas de todos los demás trabajadores, ya sean sindicalizados o no. Creemos que los trabajadores deben oponerse a todas las empresas militares imperialistas y apoyar todas las luchas contra las guerras y la intervención militar. 

Para participar conscientemente en la lucha de clases, los trabajadores necesitan desarrollar un liderazgo político que les rinda cuentas a ellos mismos como clase. Solo a través del libre intercambio de ideas e información y el desarrollo de programas centrados en la lucha se pueden avanzar las estrategias y tácticas organizativas necesarias. Esta libertad absoluta para discutir todas las ideas debe estar al servicio de la solidaridad que nos permitirá actuar de manera concertada. La democracia obrera implica completa libertad de debate, con todos los interesados disfrutando de una voz igualitaria en el proceso de toma de decisiones. Si bien se preserva el derecho de la minoría a mantener sus posiciones, una vez que se han tomado decisiones, actuamos juntos. 

Abogamos por el principio de la democracia obrera como guía para la renovación sistemática del liderazgo de las organizaciones de trabajadores, desde los sindicatos hasta las organizaciones políticas. Todos los miembros de las organizaciones de trabajadores son agentes de su construcción, y esta es la única garantía de supervivencia. Los mismos principios democráticos son necesarios para cada organización dedicada a la lucha, incluidas las organizaciones de jóvenes, estudiantes y comunidades oprimidas. Los valores de la sociedad socialista a la que aspiramos, en la que las libertades democráticas se extienden a todos, deben permear la práctica diaria de las organizaciones en lucha.

VII

Por el fin de la injerencia de la religión y las iglesias en la vida pública, en la atención médica y en la educación. 

Como marxistas, si bien reconocemos el derecho de todos los pueblos oprimidos a creer lo que elijan y a disfrutar de sus prácticas tradicionales, consideramos que las instituciones religiosas son instrumentos de control ideológico de las clases dominantes sobre los trabajadores y los oprimidos. Las religiones organizadas, en sus interpretaciones de la naturaleza, el cosmos y la experiencia humana como elementos de una creación divina inmutable, sirven para justificar las desigualdades sociales y son cómplices de las atrocidades cometidas por los gobernantes y líderes religiosos. Los líderes religiosos promueven la sumisión pasiva al orden establecido, y a pesar de la aparente separación legal, la iglesia y el estado capitalista mantienen intereses materiales comunes.

Demasiadas veces han utilizado las iglesias su autoridad espiritual para perpetuar sistemas de opresión. Las iglesias afirman ser depositarias de sabiduría moral y utilizan esta autoridad para prescribir reglas de comportamiento social, negando derechos a grupos con orientaciones sexuales o identidades de género diferentes, mientras protegen a sacerdotes acusados de abuso sexual infantil y bendicen regímenes represivos y dictatoriales. Las iglesias, a pesar de las revoluciones en las ciencias, continúan defendiendo afirmaciones falsas y fabricadas sobre el origen y la naturaleza del universo, todo ello al servicio de la guerra de la burguesía imperialista contra los derechos humanos.

Por esta razón, nos oponemos absolutamente a la participación de estas instituciones y líderes religiosos en la vida política, los servicios de salud y la educación pública, y exigimos el fin de la exención de impuestos para las instituciones religiosas. Abogamos por una educación científica y socialista basada en una concepción materialista dialéctica de la historia y de la sociedad humana. Esto no nos impide pronunciarnos en contra de cualquier forma de discriminación contra individuos por razones religiosas.

VIII

Por la independencia política de la clase trabajadora. 

La sociedad capitalista es una red compleja de explotación que ha empobrecido a la mayoría de la población mundial mientras ha enriquecido a una selecta minoría. Como una pequeña minoría de la humanidad, los capitalistas nunca podrían explotar a la abrumadora mayoría de la humanidad sin algún grado de participación de las masas oprimidas mismas. Bajo el capitalismo, el sistema político está compuesto por instituciones que han evolucionado para ejercer control político sobre una sociedad volátil y dividida. El sistema político capitalista-imperialista, con sus instituciones, elecciones y partidos, es el medio por el cual la clase dominante extrae cooperación social de las masas oprimidas.

Las instituciones que componen estos sistemas políticos adoptan muchas formas y varían con el tiempo a medida que cambian las condiciones políticas y materiales. Estas instituciones van desde la aparentemente generosa socialdemocracia hasta las dictaduras más brutales. Lo que todas tienen en común es su función principal: pacificar a las sociedades sacudidas por las tensiones entre clases.

En Estados Unidos, el sistema político actual permite que los trabajadores y los oprimidos participen de manera limitada en la determinación de la asignación de recursos sociales mediante la votación de candidatos y medidas presentadas por uno de los dos partidos capitalistas: demócratas o republicanos. Sin embargo, estos partidos son mucho más que simples colecciones de candidatos que representan diferentes puntos de vista. Son las instituciones a través de las cuales la clase dominante, la burguesía imperialista de Estados Unidos, ejerce su control político. El Partido Republicano es el más abiertamente reaccionario de los dos, y por lo tanto presenta candidatos y políticas que son más claramente nacionalistas y militaristas, manteniendo así el apoyo de los elementos más reaccionarios de la sociedad estadounidense. El Partido Demócrata, aunque también es una organización terriblemente reaccionaria, presenta candidatos y políticas que halagan a la clase trabajadora. A pesar de sus aparentes diferencias, estos dos partidos colaboran para administrar los intereses de la burguesía estadounidense en su conjunto.

Socialistas Sin Fronteras entiende que, para revolucionar la sociedad, es necesario organizar políticamente a los trabajadores de manera independiente de todos los partidos capitalistas y nunca depositar la más mínima confianza en ningún líder u organizador burgués. Los intereses de los trabajadores y los oprimidos son, y siempre serán, diametralmente opuestos a los intereses de la burguesía. No creemos en jefes bienintencionados ni en capitalistas “socialmente responsables” o buenos.

Socialistas Sin Fronteras defiende la independencia política de la clase trabajadora estadounidense frente a los dos partidos de la clase dominante imperialista de EE.UU., demócratas y republicanos. Uno u otro de estos partidos puede, en ocasiones, parecer más cercano a la clase trabajadora, pero esto es solo una artimaña diseñada para engañar a los trabajadores. Al final, tanto demócratas como republicanos defienden el modo de vida imperialista. Ambos apoyan acciones militares contra otras naciones, la aplicación de la ley policial dentro del país y, en última instancia, no ofrecen nada a la clase trabajadora y a los oprimidos.

Socialistas Sin Fronteras apoyará organizaciones independientes de la clase trabajadora y coaliciones que ofrezcan una alternativa política a los partidos de la clase dominante. Sin embargo, no creemos que sea posible transformar la sociedad a través de elecciones, ni es suficiente tener candidatos y políticos de la clase trabajadora. La política electoral no puede cambiar las estructuras económicas subyacentes de la sociedad ni la naturaleza de clase del Estado.

IX

Por la abolición de la policía y todos los aparatos represivos del Estado incluyendo ICE

Para preservar su dominio sobre todas las demás clases sociales, la clase dominante imperialista utiliza el sistema judicial, la policía, los guardias fronterizos y las fuerzas armadas para impedir que los trabajadores y los oprimidos obtengan poder. Los capitalistas también promueven la ilusión de que estos aparatos represivos existen para mantener la seguridad y el orden en beneficio de toda la sociedad. La verdad es que todas estas instituciones sirven para hacer que los trabajadores y los oprimidos sean cómplices de su propia opresión.

A medida que las condiciones ambientales empeoren, los bienes y servicios básicos se volverán cada vez más escasos y caros para los consumidores. Las condiciones de vida de los trabajadores y los oprimidos se deteriorarán, y la clase media se empobrecerá y se volverá más insatisfecha a medida que sus privilegios desaparezcan. Este deterioro de las condiciones de vida intensificará el conflicto entre la clase dominante y las masas oprimidas.

A nivel internacional, el imperialismo —especialmente el imperialismo norteamericano— financia y arma regímenes dictatoriales y represivos para mantener su dominación de clase. Cuando los trabajadores y los pueblos oprimidos se rebelan contra esos regímenes, la burguesía imperialista no duda en lanzar intervenciones militares para mantener el statu quo, destruyendo infraestructura esencial, que luego la misma burguesía se pagará a sí misma para reconstruir con los recursos del país que destruyó.

La destrucción ambiental y las dictaduras represivas que actúan como representantes locales de la burguesía imperialista obligan a los trabajadores y los oprimidos a abandonar sus hogares hacia el núcleo imperial, que responde construyendo muros, cercas y prisiones.

A medida que aumenta la inestabilidad social y empeoran las condiciones materiales, la clase dominante incrementa la contratación de policías y soldados, construye más muros y prisiones, produce armas aún más destructivas, y encarcela y asesina a más personas. Todo esto va acompañado de la promoción del militarismo y la glorificación de los agentes del Estado. Este preocupante crecimiento de un aparato represivo ya extremadamente violento continuará hasta que nos levantemos para detenerlo.

Socialistas Sin Fronteras exige la disolución del ejército de EE.UU., la reconversión de todas las capacidades de fabricación de armas, el cierre de todos los centros de detención y prisiones, el desmantelamiento de las fuerzas policiales locales y estatales, y la reasignación de los fondos públicos de este aparato represivo hacia la provisión de servicios sociales tanto dentro como fuera de EE.UU.

Socialistas Sin Fronteras exige la desmilitarización de las escuelas y el fin del reclutamiento de jóvenes para las fuerzas armadas a través de programas como el ROTC.

Socialistas Sin Fronteras aboga por el establecimiento de juntas de arbitraje autónomas compuestas por trabajadores y comunidades involucradas para resolver desacuerdos y conflictos entre individuos, familias, grupos y comunidades.

De esta manera, Socialistas Sin Fronteras desafía la dominación de las instituciones estatales mediante el desarrollo de agencias comunitarias democráticas en todos los aspectos de la sociedad, desde los problemas locales hasta los globales.

X

Por una sociedad socialista, equitativa y ecológicamente sustentable.

Durante generaciones, los marxistas revolucionarios, hemos sostenido que el capitalismo había creado las condiciones materiales necesarias para el socialismo. Que los capitalistas habían creado a la clase social que los reemplazaría en el poder: la clase trabajadora. Solo era cuestión de que los trabajadores hicieran la revolución y tomaran el poder. Y así, tomando la industria en sus manos, se podía avanzar al socialismo. 

Decíamos esto y lo creíamos porque muchos de nosotros proyectábamos las condiciones de los países capitalistas avanzados al resto del m oundo.

No comprendíamos el daño que se estaba causando al medio ambiente debido al enfoque del capitalismo en el crecimiento interminable de la producción industrial, una tendencia que los marxistas revolucionarios pretendían mantener bajo el socialismo para mejorar los niveles de vida de la clase trabajadora a nivel internacional. 

Socialistas Sin Fronteras ahora reconoce que ese no es el camino a seguir. Ahora buscamos organizarnos para vivir en armonía con la naturaleza y entre nosotros como iguales.

La sociedad humana se originó en la naturaleza y sólo puede ser sostenible bajo condiciones sociales y materiales que aseguren su viabilidad. La economía capitalista se enfoca exclusivamente en el crecimiento económico, el consumo y la maximización de beneficios, sacrificando el mundo natural. La inercia ciega de este modelo de producción ha llevado al colapso inminente de la ecología global.

Socialistas Sin Fronteras comprende que no basta con construir el socialismo dentro de la infraestructura capitalista actual. Sin duda, toda la riqueza y los recursos de la clase dominante pueden y deben ser expropiados, y los trabajadores y los oprimidos deben asumir el control de la construcción de una sociedad que garantice la supervivencia de todas las especies vivas en el planeta. Sin embargo, el socialismo ya no se trata solo de redistribuir la riqueza acumulada por los capitalistas. Hoy, el socialismo implica la coordinación de nuestra supervivencia en un planeta en crisis y nuestra resistencia a la regresión social. El medio ambiente no podrá ser restaurado a sus condiciones prístinas y pre-capitalistas; el daño es demasiado profundo.

El socialismo es nuestra mejor oportunidad para salvar al mayor número posible de personas y especies, así como el tesoro compartido del conocimiento y la experiencia humana. Para nosotros, el socialismo implica encontrar la mejor manera de cuidarnos mutuamente y planificar el mejor resultado posible para todos. En este programa, exigimos la abolición de la propiedad privada, la expropiación de toda la riqueza capitalista, el cese inmediato de todas las industrias contaminantes, el desmantelamiento de la industria armamentista, la eliminación de todas las fuerzas represivas, la provisión de vivienda, alimentos y atención médica para todos, y el acceso universal a la educación, cultura, ciencia y recreación. También promovemos campañas masivas contra el machismo, el patriarcado y el racismo, y la creación de organismos locales para organizar las comunidades, en coordinación con instancias más amplias y democráticamente gestionadas. Al mismo tiempo, exigimos que todo el conocimiento científico, la tecnología, la infraestructura y el talento intelectual de todos los especialistas se destinen a planificar respuestas y acciones frente a nuestra devastadora crisis ambiental.

El capitalismo-imperialismo es el principal obstáculo para destinar los recursos a la lucha contra la extinción de la vida en el planeta, ya que utilizan todos los recursos existentes exclusivamente para preservar sus privilegios y, al mismo tiempo, seguir explotándonos a nosotros y al medio ambiente.

Nuestro objetivo es construir una organización internacional revolucionaria decidida liderada por trabajadores movilizados en su lucha por la liberación, especialmente por aquellos más afectados por la crisis climática global. Nos comprometemos a resistir activamente el legado abusivo y antidemocrático que ha caracterizado a muchas organizaciones socialistas revolucionarias a lo largo de la historia de nuestro movimiento. Pondremos todo esto al servicio de la liberación de la clase trabajadora y la construcción de una sociedad socialista y ecológicamente sostenible. Estamos dispuestos a colaborar con otras organizaciones revolucionarias que compartan nuestros objetivos.


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